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Cruda, hervida, cocida o al vapor, en smoothies, zumo o purés. Versátil como ninguna y con menos de 40 calorías y 2 gramos de grasa por cada 100 gramos, la zanahoria se puede convertir en el aliado perfecto para comer muy rico y bien, cuidarte, y sobre todo hacer cualquier tipo de dieta.
Obviando la calorimetría, pues al final lo más importante de un alimento es su calidad nutricional, la zanahoria es un alimento "top". Contiene tal cantidad de beneficios que hasta la Organización Mundial de la Salud la considera prioritaria. Te contamos de dónde viene la fascinación por esta hortaliza anaranjada y todas las formas en las que puede cocinarse.
¿Por qué deberías empezar a consumirlas diariamente?
En primer lugar, según la OMS es uno de los alimentos con mayor cantidad de betacarotenos y vitamina A, lo que se traduce en un alto poder antioxidante. En otras palabras, que favorece la vista (pues protege la retina) y la regeneración celular de la piel. Además, su elevada concentración de vitamina C y A ayuda a que nuestras defensas estén siempre protegidas.
No solo ayuda a que el sistema inmunológico funcione correctamente, sino que mejora la digestión y los trastornos del sistema digestivo, al contener gran cantidad de fibra. Tanto es así, que consumir zanahoria cruda antes de la comida principal ayuda a reducir la glucosa en sangre, pues la fibra estabiliza el pico de azúcar que el alimento posterior puede causar. Lo explica Jessie Inchauspé, alias Glucosegoddess en Instagram, en su libro científico-divulgativo "La revolución de la glucosa".
Y este para las mujeres exclusivamente: regula la menstruación y el ciclo hormonal en general, ya que absorbe el exceso de estrógenos. De hecho, en las redes se ha llegado a viralizar la #RawCarrotSalad como paso previo a la comida principal, una ensalada de láminas crudas de zanahoria para favorecer la salud reproductiva.
Cómo cocinar zanahorias sin caer en la monotonía
Si quieres beneficiarte de absolutamente todas las propiedades, lo mejor es que las consumas crudas. Como todo, mejor al natural. Si tienes dolencias gástricas (como gastritis) tómala cocida, pues suaviza las paredes del sistema digestivo.
Sin embargo, las posibilidades son infinitas y en todas resulta una elección saludable y preferible a otros alimentos: hervida, al horno, salteada e incluso frita. En hummus, ensaladas, pan, salsas, pastel, cremas, zumos, guarniciones y postres. La versatilidad la aportan ellas. La creatividad, tú.
Zanahoria fresca
Como dip para de hummus
Guisada como acompañante
En tarta
Una puntualización importante: cuanto más entero consumamos un alimento, más nutrientes conservará. Por tanto, siempre será mejor comerse una zanahoria entera sin procesar que zumo de zanahoria, cuya fibra, al licuarse, se habrá eliminado prácticamente por completo.
Y por si te animas a utilizarla para tus momentos dulces, pues también es una hortaliza perfecta para hacer tartas y otros postres, aquí tienes otra sugerencia.